MILLEFLEUR
Todos hablan de él
Hibrido
ya que no vive sólo del café y su atractiva pastelería, de los croissants o
medialunas. Abierto en horario de Mall, servirá en un futuro próximo como
comedor del nuevo hotel NH que se está finalizando de construir a un costado de
Casa Costanera, donde sus pasajeros desayunarán en este lugar, ya que los
capitalistas de ambos productos son los mismos grupos que armaron este café y
que esta semana abrieron en los altos de este centro comercial el Sottovoce, un
restaurante italiano gourmet que dará que hablar.
Con
una atmósfera parisina, el artífice de la obra fue el arquitecto Sergio
Echeverría. Su propuesta logró un espacio confortable e íntimo; un bistró con
estética de café. “La idea de este café nace de hacer un lugar en el que comer
simple y rico. Nos inspiramos en los cafés de París, donde la decoración es
simple, pero siempre vibrante, y la gente se sienta prácticamente todos juntos
en torno a la buena comida y la conversación”. Y de eso se trata, ya que desde
el desayuno, la frescura de los ingredientes y sus platos es total.
Aún
sin patente de alcoholes, algo que no los afecta a la hora del café pero
molesta al almuerzo y cena (sin considerarlo fundamental), un lleno total me
recibe un martes a la hora de almuerzo. El Club de Lulú se da maña para hacerse
presente en el 80 % de sus mesas. El resto, habitúes del mall, parejas y
vecinos. Llama la atención que a esa hora nadie está preocupado –como en otros
miles de lugares- de las redes sociales ni internet. Acá se viene a disfrutar
del buen servicio y de sus platos, ya sea en una inmensa terraza o en su
imponente interior.
Argentinos
y uruguayos manejan la administración, el servicio y la cocina. Definitivamente
ellos nacen con un gen que los hace imprescindibles en la actividad
gastronómica y turística de nuestro país y que le dieron el “plus” necesario
para que este café-bistró se convirtiera en uno de los favoritos de la
socialité capitalina que siempre anda en búsqueda de nuevas sensaciones y
entretenciones. Seis entradas, tres quiches, cinco ensaladas y seis fondos
ofrece la carta básica de almuerzo y cena. Suficiente y abundantes para no
pedir más allá de un plato. Para no quedar en déficit financiero –ya que hay
platos que llegan a los $ 18.900-, solicité un jugo de chirimoya y un Tartin de
salmón ahumado (9.800), que venía en pan integral hecho en casa, bastante
palta, huevo pochado y tomatitos cherry, acompañado con un mix de verdes, que
me dejó muy buena sensación en el paladar, aunque el ahumado del salmón no era
lo que esperaba. Mi vecina de mesa optó por una Quiche Lorraine (7.200) con un
mix de hojas verdes que al parecer le agradó tanto, que logré quitarle un trozo
para comprender que realmente estábamos ante una oferta muy buena.
Los
platos son grandes, casi inmensos, y la calidad –de lo probado- superó mis
expectativas. Buen café para finalizar una jornada de reconocimiento que me
dejó una buena impresión a pesar que el galletón de chocolate que acompañó el
café estaba durísimo. Millefleur es parte de un programa de aperturas que se
irá conociendo poco a poco y hay que tener fe en los cambios que se vienen,
sobre todo en el mercado ABC1, importante para renovar los aires gastronómicos
de nuestra ciudad que cada día se vuelve más cosmopolita.
En
resumen: tiene detalles, como en todo lugar que intenta encontrar su
personalidad. Pero debemos reconocer que el Millefleur es uno de los
café-bistró mejor instalado de la ciudad y que revitaliza el Casa Costanera,
donde abundan las ofertas (H&M es su tienda ancla) y que de lujo, lujo…
poco tiene.
Café-Bistró Millefleur /
Av. Nueva Costanera 3900 / 22486 2092