miércoles, 23 de junio de 2010

LOS CONDUMIOS DE DON EXE


DÍA DEL PADRE

Un par de calcetines verde loro; un libro de autoayuda; un paraguas de luca y un cortavientos rojo que lo único que le falta es el escudo nacional en la espalda fueron los regalos que este veterano recibió en el Día del Padre. A decir verdad no esperaba nada, pero los nenes se preocuparon esta vez y llegaron todos temprano a saludarme ya que después cada uno tendría su día especial en sus respectivas casas. Les agradecí las atenciones y a las 11 de la mañana ya estaba desocupado. ¿Qué hace un tipo como yo, despierto antes de mediodía un aburrido domingo?

-¿Para que me llamas a esta hora Exe? ¡Tan temprano!
- Para invitarte a almorzar, mentí. En realidad estaba lateado.
- ¿Qué tal si te vienes como a las dos de la tarde y me dejas dormir un rato más?, ladró.

Claro. Como el domingo no era el día de la madre ella dormía como una princesa. Además había metido las patas ya que encontrar una mesa en algún ambigú de respeto sería una tarea titánica. Una cosa es tener conocidos en el ambiente y otra es que te abran las puertas de sus boliches cuando están repletos. Así que decidí llevar almuerzo preparado al depto de Mathy.

Cuando llegué a su piso ella estaba esperándome vestida como para salir a almorzar. Pintarrajeada como pupitre de parvulario y con su abrigo de piel en el brazo.

- Lo siento Mathy. No vamos a ninguna parte, está todo repleto.
- ¡Me podrías haber avisado antes, menso!
- No te encabrones guachita Hoy es mi día y vengo cargado con las compras que hice para almorzar. ¿No te causa gracia quedarnos acá?

Me miró con cara de odio pero se resignó.

- Está bien, respondió. Tú ves el aperitivo y yo la comida.
- Linda, la comida viene lista. Sólo hay que calentarla y distribuirla.

Lanzó una carcajada cuando miró hacia abajo y se encontró con mis calcetines verdes.
- Estas loco Exe… cada día te vistes mejor. ¡Ni Girardi combina tan bien su ropa!

Menos mal que andaba de buen talante. Bebimos Moët & Chandon rosé del verdadero que me había llegado de regalo hace un tiempo. Para acompañar, unos locos blanditos con salsa verde y mayo (aparte) que me conseguí con una de mis musas que manda en el Giratorio. A decir verdad, ella me salvó el día, ya que a pesar de que su bodegón estaba repleto, se dio el tiempo de prepararme el almuerzo. – Nosotros no hacemos comida para llevar - me dijo-, pero por ser tú, lo que quieras. ¿Almorzarás con tus hijos?, preguntó. Al comentarle que almorzaba con Mathy estuvo a punto de decirme que se le habían acabado los locos, pero digna, puso en la cajita de aluminio más locos de los que le había solicitado.

¿Qué te gustaría de fondo, che?, me pregunto con cara de resignación. -Te puedo mandar a preparar un par de bifes chorizo tan a punto que vos lo colocás en el horno un par de minutos y te quedaran súper. Vos sabés que yo vengo de la tierra de la carne y tenemos las mejores.

Buen menú: locos para iniciar y bife chorizo de fondo. La piba linda acumulaba cajitas y cajitas de aluminio una sobre otra. Mix de verdes en una, papitas chaucha en otra, arroz al azafrán en una tercera. Salí del Giratorio con dos bolsas, una de la comida fría y en otra, la cocinada.

También le gustó a Mathy. Se relajó y bebimos un Kai de Errázuriz, un vino que también, obvio, me había llegado de regalo y que actualmente es uno de los íconos de esa viña tras haber ganado una cata en Nueva York. Sorpresivamente también y dentro de uno de los envases apareció un postre: un cheese cake de alcayotas y nueces que comimos acompañado de un oporto Tawny.

Sin zapatos y con mis relucientes calcetines verdes partí a lavar la vajilla sucia. “Hoy es tu día” me dice Mathy y se levanta del comedor a hacer la tarea. Yo prendo el televisor y me encuentro con el partido mundialero de Brasil. Pensar que si Chile pasa a la segunda ronda ellos serán nuestros rivales. Ahí, arropado en el sillón del living, me dormí.

No perdono las siestas después de un buen almuerzo.

Exequiel Quintanilla

Restaurante Giratorio: Av. 11 de Septiembre 2250, piso 16, fono 232 1827